viernes, 13 de julio de 2012

Las voces de mi interior ya me avisaron.

Ruinas, todas las calles están en ruinas. Paseo por ellas y no veo más que escombros. Yo me hice la sorda, todas me avisaban. Me decían que no destruyera la ciudad, que la cuidara, que era donde yo vivía y donde iba a seguir haciéndolo durante toda mi vida, pero yo no las escuché. Yo hice lo que a mi me pareció y quería hacer en ese momento.
¿Qué queda ahora? Ahora solo quedan destrozos. Ellas me lo dijeron, yo las escuché, pero no les hice caso en ningún momento. Ahora, toda esta ciudad derrumbada donde viviré tardará 'miles de años' en reformarse.
Ahora no quiero que nadie pasee por ella, nadie podrá ni querrá pasear por un lugar tan sombrío.
Pero aún quedo yo de pie, paseando por sus calles. Las mismas que algún día arreglaré con mis propias manos, para que esté a la altura y que ese alguien espectacular pasee sobre su elaborado asfalto.

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