¿De verdad nunca te escribí? Lo dudo, y muchas veces fue en oculto. Pero, ¿y qué? No tenía necesidad de escribirte, con tu "presencia" pronunciada, ya te lo decía todo.
Y a estas alturas, has volado ya. Has crecido.
Te has vuelto una chica feliz, tras cuatro años, más te valía. Y más le valía a la vida que fuese así, que te hiciese feliz, recuerdo que eso le pedí.
Tengo varias cosas que decirte, de las cuales poco te he dicho:
- Gracias.
- Te echo de menos.
- Y sobretodo, lo siento.
• Al primero, quizás no hayas hecho nada, pero lo hiciste todo.
[Aunque digas que estás ahora más dura de cáscara, tendrás que aguantar estas palabras reblandías']
• Al segundo, es evidente. Tanto una como otra, nos alejamos. Por una parte, por mi parte, lo siento. Por la otra, la tuya, lo entiendo. Tenías que llegar a donde estás ahora, tenías que crecer. Pero tanto por una como por otra, no me gusta. Y desde el primer día lo supe, no me gustaría. Porque cuando una persona llega a un radio de infinitos kilómetros y sigue llenando a todos, es por algo.
•Al tercero... Al tercero no se si llegarás a entenderlo o no, yo espero que sí.
Si ayudas a una persona a crear cimientos desde 0 cuando se destruyeron, no está perdonado no acabar la casa y dejarla sola.
Aún así, nunca ibas a estar sola de mi, pero me entiendes.
Quizás por la forma que tuviste de calarte, o de hacerte grande a mi lado, es por lo que sigo sin perdonarme algo así. Fíjate tú, a estas alturas.
Ha llovido mucho ya, pero luego parece que no ha pasado más que un par de meses en algunos aspectos, algunos miedos, ¿eh?
Pero a estas alturas sigo teniendo mi corazón, aunque como el tuyo algo más maduro. Algo más roto, algo más frío, algo más grande. (Estas últimas solo el mío).
Ahora cambiaste tu exterior, qué podía esperar. Sigues siendo tú, por supuesto, pero esa persona que era como la Yuna, tan suave, está más oculta Y eso que aún no la he acariciado, moriré de amor cuando lo haga.
Autotransplante de corazón, lo llaman.
Sé todo lo fuerte que necesites, y no olvides que estaré para todo lo que necesites siempre.
Pero no te olvides. Nunca te olvides. A ti. Por nada y por supuesto, por nadie. Nunca olvides de dónde vienes y nunca dejes de buscar a dónde vas. Nunca.
Tienes a más personas para hacerlo, muchas y seguro mejores, pero si necesitas en algún momento recordarlo, búscame. Me encontrarás.
Si vuelves a necesitar un apoyo tal como el de hace cuatro años, que ojalá que no, volveré a estar esta, y tantas veces como sea necesario.
Sigue siendo tan feliz como puedas, yo cumpliré mi promesa, que es para siempre. Tú cumple la tuya, que acaba en este mes. Eso sí, reblandécete y déjanos convencerte de más.
Fuera de ella, espero multiplicarlo. Y que solo sea la primera de muchas.
Quiero esa foto de la Yuna. No es coña.
Sigue feliz, y nunca con miedo a nada. Tras mucho tiempo ya... Te quiero, niña de los desayunos.
No hay comentarios:
Publicar un comentario