Ya es futuro, ya se ha calmado mucho más que seis personas atrás.
La mente de la guerrera parece que le está dando una tregua, pero ahora su corazón le aprieta más. Al menos puede subsistir un 1% mejor, al menos va pudiendo ver.
Dice que las nanas al monstruo le sirvieron de ayuda, y que la correa ya no le aprieta, que ahora le toca curarle las heridas de tanto tirar. Esperemos que de repente no comience a tirar de nuevo; porque está como un volcán: activo pero apagado.
Así que no sabe qué hacer. Nunca lo supo realmente. ¿Qué será de ella?
Aún se siente muy frágil cuando se acerca a su casa, pero de igual forma al tirar. Aunque sea de forma diferente.
¿Y si se muda de casa, qué pasaría?
jueves, 3 de septiembre de 2015
Tercera persona del plural, futuro.
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