martes, 15 de marzo de 2016

Todo (o casi todo) lo que no sabías.

Lo que no sabías es que aquella 'primera' noche lo que quería era abrazarte, y tú que no querías quedarte a dormir; aunque no sé si por ese miedo, o por el que quizás podrías tener de verdad. Deseaba que acabase el horario de renfe.

Lo que no sabías es que vine a destrozarte la vida a caricias, para que la mía acabase a trompicones y porrazos, por desgracia sobre los besos.
Lo que quizás no sabías es que los cambios de temperatura eran inocentes por el mero hecho de verte reír.
Lo que no sabías era que cada 7 horas que se me hacían eternas, 7 minutos a tu lado de abrazo eran suficientes.
Y quizás no te imaginabas siquiera mis gustos, pues nunca dejaste de dudar de ellos.
Azar.
Lo que no sabías era que al despedirme corría a la esquina siguiente sin que me vieras solo por la adrenalina que me recorría el corazón.
Lo que ni te llegues a imaginar es que sigo viéndote en cada esquina, pero esta vez de la calle.
Lo que no sabías es que yo jamás me iría; ni te irías.

Lo que no sabías quizás es que lo que conocemos como vida, la dejé tirada en tu puerta, en cada portazo que dabas. Allí se quedó, en ese pasado.

Lo que ni te imaginas es que, por mucho que mis palabras te deseen una felicidad dicha, las que no se oyen me siguen diciendo "joder, cómo, era tuya".

Pero esa vida, ya no se llamaba vida.
Y vida, solo existe una, nunca mejor dicho.

No sé si debo continuar por este camino, o volver al camino que dejé anterior. Lo que sí sé es que no debo dejar de caminar. 


"Media noche, vida mía, ya me voy".

No hay comentarios:

Publicar un comentario