lunes, 19 de diciembre de 2016

El amor.

Quiero, luego existo.
Quiero de una forma inhumana, insana quizás. Quiero muy fuerte como para esta sociedad.
Puedo decir que quiero bonito. Y amo que me quieran bonito, inocente.
Quiero mucho a todas esas personas con corazón grande, con corazón bonito. Que quieren de verdad, sin intención.
Amo a las personas que mantienen mi vida, que me quieren como lo hacen. A las que han estado en mi vida, a las que están, a las que siguen y a las que estarán.
Estoy muy orgullosa de esas otras que me conocen tan a fondo que lloran, que me abrazan, que me sonríen y miran.
Y todo de vuelta.
No pienso dejar de abrazarlos, ya lo pueda decir el papa. No pienso dejar de verlos, de besarles, de quererlos.
Pero aunque se vayan, saben que tienen mi corazón, saben que no tengo ni que decirlo.
A veces me miro y veo rabia por no tener corazón para mi, y repartirlo tanto. Cuando vuelve a crecer otro matojo de él, lo regalo, una vez más.
Pero quizás lo que no sabe nadie es que viéndoles llenos, me llenan a mi también.
Quizás os quiero demasiado. Y nunca es demasiado.
Lo que sí os quiero es siempre conmigo.
Nunca, nunca olvidéis abrazar. Es la forma de intercambiarlo todo. Nunca dejaré de abrazarte, a ninguno de ustedes. Quizás sea lo que más me guste en este mundo.

No tengo más palabras para expresar el sentimiento que tengo hoy, pero no dudéis nunca, cada uno de ustedes, la forma particular y personal en la que os quiero a cada mundo mío.
Sed muy felices.

No hay comentarios:

Publicar un comentario