domingo, 28 de agosto de 2016

Lo mejor de tu vida eres tú.

Lo mejor de tu vida eres tú, y ahora también nosotros.
Sigue.
Sigue así, sigue trabajando duro por tus metas, sigue caminando con los de siempre, y con los nuevos. Sigue aprendiendo cada día, riendo cada tarde y disfrutando cada noche.
No pares.
No pares de correr, no dejes de avanzar, no dejes de dar la vida por nosotros porque (como siempre, hablo en primera persona y por todos los que se queden) yo, seguiré dándola. Obviamente, esto tan solo es el principio, meses.
"Lo mejor ha de venir aún".

Te doy un 10 en la vida, con tus errores y virtudes, con tus avances y retrasos, con tus vistas y ciegos. Los que yo conozco.

Te admiro.

Ya lo he dicho. Eres de admirar, de querer, de cuidar, de devolver favores que aún no des y de darlos cuando aún no los pides. De hacerte disfrutar por lo que haces disfrutar a los demás.
Que la vida pone a todos en su lugar, y a ti te ha puesto en el mejor camino escogido por ella. Y por eso estás aquí dentro, por eso eres fuerte y débil a tu forma. Por eso tienes luz, y brillo. Quizás por eso grandeza y madurez te acompañan, a base de fuerza y golpes.
Sabes caminar y sabes esquivar las piedras, incluso cuando te las lanzan. Las esquivas elegantemente, educadamente. Menos cuando vas tú y la abrazas, que no deja de ser una piedra, pero quieres abrazarla. Así, hasta que ves que no le da calor al alma, y continúas.
"Ríe cuando puedas, llora cuando lo necesites".

Admírate, no eres menos.

-Eres una mezcla de cara de niña, con un alma de anciano, ganas de un adolescente, fuerza de un luchador y corazón de un enamorado. Y universo, universo dentro de ti, con millones de agujeros ocultos que solo tú conoces, que pocas personas se asoman, que -casi- todas desvaloran.-

Me encantaría escribir líneas y líneas sobre ti, pero sé que sería poco, sé que como el máximo de uso del cerebro, muestras tu 10% al exterior, y me quedaría corta. Me encanta asomarme a tus rejas en silencio, observar, aprender y sonreír. Se me escapan tantos temas y tantas palabras que escribir que no es posible.
Aún.

Siempre que busques un corazón, encuéntrame.
Siempre que busques un abrazo, encuéntrame.
Siempre que busques una risa, por muy poca gracia que tenga, encuéntrame.
Siempre que busques un consejo, encuéntrame.
Siempre que busques un silencio, encuéntrame.
Me encontrarás sin falta de buscarme, recuérdalo.

Yo confío en ti. Nunca ganarás o perderás, porque siempre será avance.
Este es mi avance, este es mi ensanche del alma, este es mi siguiente gran paso. Y sé que los que me quedan, te tendré a mi lado de una forma o de otra.

Siempre que, aquí.