domingo, 28 de mayo de 2017

Pequeño gran placer.

¿Os habéis planteado alguna vez cuáles son los pequeños placeres de la vida?
Sí, ver una puesta de sol, contemplar el mar, el primer baño del año, tu comida favorita, alguna pequeña sorpresa, algún pequeño detalle, hacer regalos, abrazar, besar, ir al cine, reír hasta llorar, ver a alguien que hacía tiempo no veías, una llamada, un mensaje, una sonrisa, mirar la Luna, las estrellas en verano, ir a la playa en invierno, escuchar tu canción favorita a todo volumen, conducir, hablar sin abrir la boca, dormir con ese alguien, hacer una foto perfecta...
Yo tengo muy claro cual es el mío por excelencia, el que se suma como principal a todo lo anterior y alguno que se quede por detrás. Ese que te marca la diferencia como persona, que de uno entre tantos, de "pequeño", pasa a ser inmenso.
Hablo de dejar huella.
Hablo de dejar marca sin dañar o pretenderlo, nadie es perfecto.
Hablo de hacerte sitio en la vida de los demás.

Hablo de ser únicos.

Sobretodo, hablo de ese momento en el que te das cuenta de cuán importante eres o has sido en la vida de alguien. Y quizás no necesariamente importante, sino impactante, sutilmente impactante.
Hablo de ver tu rastro tras los ojos de esa persona, de que ellos lo entrelacen con sus caminos, y lo hagan suyo.

Me refiero a esos momentos en los que te sientes orgulloso no solo de tenerles en tu vida, sino sobretodo de darles y ver qué capaces son de hacer qué con lo que reciben.

Esa increíble sensación que te deja sentirte rastro en sus vidas, verles evolucionar y quizás con un poco de tu presencia. Ver que crecen y sentirte parte de cada centímetro que avanzan.
Es impactante verte en tantas personas reflejada, ver que dar una opinión, la sigan o no, ha podido marcar sus vidas y aún así la han tenido en cuenta. Que confíen ya para poder darla y que te escuchen. Que quieran escucharte.
Que les abras los ojos o se los cierres aún más. Y arriesgan, que prueban, que se tiran de cabeza y que si se tuerce, me tengan ahí.
Y qué hay más magnífico que ser una estrella más en la galaxia, pero que todas juntas hagan un paisaje precioso. La Luna sin la tierra no tendría atracción a su gravedad.