lunes, 26 de octubre de 2015

Vuelves ya estando.

Vuelve a hacerlo. Vuelve la cazarrecompensas a hacerlo sin que haga falta, sin palabras, sin necesidades.
Siempre está ahí.
Siempre
Está
Ahí.
Y siempre estará, métetelo en la cabeza. Con su gran corazón, llave.
Se me llena la boca hablando de ella, y no es para menos.
Si me escucha, las expresiones cambian por completo.
Si saca un tema de los buenos, hablamos más allá del núcleo terrestre.
Si todo, profundo.
Si cinco, años.
Algún día me quedaré sin palabras para expresaros lo que una cazarrecompensas así es capaz de hacer. Dos palabras suyas hacen mil de otros. Y cura y calma.
Años de palabras te hacen conocer bien a una persona, y una sola vista, te cala para cubrir esos años.
Como niño inocente en el interior, y como un castillo fuera. Su castillo. Aunque se haya hecho más fuerte de la cuenta para mi gusto.
Pero es feliz, y siempre soy feliz con ella también.
Siempre me estarás agradecida, siempre te estaré agradecida.
En definitiva, siempre ahí.

martes, 20 de octubre de 2015

Suspiro.

Como un suspiro, te das cuenta de que coges aire, y cuando lo sueltas, ha durado un parpadeo.
Como cuando algo te oprime el pecho y no te deja suspirar, o te lo dificulta, pero terminas suspirando.
Como cuando el aire está contaminado, y suspiras de malas maneras.

Ese suspiro, llamado vida. De tantas formas puede ser como suspiros.

Y esa vida, que te va llenando el alma de marcas; como el cuerpo se llena de heridas, marcas o daños físicos.
Esas marcas, que te van a acompañar toda una vida, ocultas.
¿Sabéis? He aprendido que si no vives sin pensar en muchas de las consecuencias, sin vergüenza, sin ataduras, sin cosas que te opriman... Vivirás de verdad. Y serás más feliz que con todo ello.
He visto que cada persona que ha pasado por mi vida, me ha hecho crecer. Más, menos, mejor, peor; pero lo ha hecho. Hasta esas personas que solo llegas a ver un día, una conversación, una mirada.
Y yo soy de esas personas que, todo eso, tal y como entra por sus ojos y sus sentidos, se le graba en el alma.
Guardo a todas esas personas dentro de mi como algo bueno, siempre lo bueno. Y cuando me pongo a contar... Más de las que imaginaría, cuando echas la vista atrás y dices joder; gracias a todos. Por lo bueno, lo malo, el daño, las risas, los abrazos, las miradas, las palabras, los recuerdos, la ayuda, la comprensión, los que se fueron y los que están. Casi llego a pensar que estoy más orgullosa de ustedes que de mi misma.
Esas primeras personas que desde pequeña crecí con ellos. Esas pérdidas... Esas primeras personas que llegaron a mi interior, a mi alma, esos, AMIGOS eternos. Esos primeros 'amores', siempre siéndome fiel, siempre siéndoles fiel. Esas primeras grandes locuras. Las primeras decepciones.
El primer  a m o r   real.
La primera verdadera cicatriz.
Las  primeras lágrimas, los primeros cantes, los primeros avances personales, todas esas primeras veces y momentos.
Por un momento, puedo pensar que estoy orgullosa de mi persona. Nunca me echaré flores, pero como persona os juro que en muchos aspectos, nunca voy a volver a ver a alguien como yo misma. Doy gracias a todo lo que me ha hecho ser así, aunque podría haberme hecho un poquito más fuerte; aún así, termino apañándome.
De verdad, guardo cada segundo, cada momento que tengo en la memoria, cada sentimiento, dentro de mi corazón. Creo que eso no lo hace casi nadie.
Odio a esa gente que no siente, que siente y deja de sentir, que cree sentir, que miente, que roba, que es infiel, que no respeta (a cualquier persona), que no confía, que no se dejan llevar por sus propios impulsos, que no tiene su propio pensamiento, personalidad. Que hacen las cosas por agradar a los demás, a esa gente que para su edad, parece que tengan el doble menos. Odio que la sociedad actual sea tan fría como una puta piedra, eso sí que me hace daño.
Una vez vi a alguien que me daba tanto calor como si fuesen mil personas, pero esa misma persona en sí, para sí estaba fría. Esas personas que dan a los demás sin darse a sí mismos. No, por favor, no puedes dar nunca sin darte a ti, porque nunca vas a aguantar, aunque sea un mínimo.
Saber que la vida es dura, y jode como no te puedes imaginar, pero que puedes superarlo todo; paso a paso, y poco a poco. Y no digo yo que sea, o me sea, fácil. Porque no, la vida no es fácil, por algo se llama vida, y no facilidad.
Y lo que nos queda por vivir.
Y por crecer.
Y por cicatrizar.
Y por marcar. Y que te marquen.
Y por cerrarte.
Y por abrirte.
Y por volverte a cerrar.
Por tatuarte.
Llorar, reír, suspirar, cantar, ser feliz, estar triste, alegre, hacer locuras, sentir...
Vive, por favor vive y crece. Deja crecer un árbol en tu mente y una sonrisa en tu corazón.
Que hacerlo bien no te garantiza el éxito, pero no hay que buscar el éxito sino la plenitud.
Llénate, llénate por dentro y si te arrepientes de algo, que sea de algo que has hecho con el corazón. Porque de algo así nunca te vas a arrepentir cuando seas anciano y recuerdes toda tu vida.
Dejarse la piel en cada paso... Dejarse la piel, aunque a veces necesites calma y soledad por un buen tiempo.
Quizás muchas veces te hagan daño, pero joder qué sentido tiene vivir sin corazón. Para que no te hagan daño también está la cabeza, pero no olvidéis que el corazón a veces la ciega.
La vida no entiende de hijos de puta, de niños ni de rutina. Así es ella, puta y bella a la vez.

Si no valoras la vida no tendrás a una persona que ame con el corazón y piense con la cabeza, sino a la que piensa con el corazón y ama con la cabeza.

miércoles, 7 de octubre de 2015

Conscio y subconscio.

Hola, hadas y hados.
Se repite la historia. Se repite en el mismo tiempo. Se repite en el mismo lugar. Se repite y no me gusta. Aunque por suerte ni de lejos parecida.
Conscio y subconscio son gilipollas.
Pero esta vez no dejaré caer, no soltaré, aprendí a sujetar a lo que quiero, y a rodar sobre el querer.
Porque la vida está en mi mano, nada ni nadie más.
Gastaré días, gastaré noches.
Valoraré más a éstas personas, más, más si es que puedo hacerlo más. Y quererlas, si es que se puede más. Igual que ellas a mi.
Mi cerrojo ahora mismo no brilla, y sé por qué.
Me dio la llave, pero no puedo ser yo la que la ubique en ese lugar, por ser mío. Pero ahí está, la tengo.