Porque lo bonito de tener sentimientos por alguien, incluso sin hablar, es contarlo. Sea de la forma que sea. Llenarte sacando todo lo que te llena. Raro, ¿no? Pero real.
¿Has probado a hablarle a alguien porque sí, para contarle lo que te transmite? Aunque con el tiempo esa percepción cambie. Pero hoy en día no estamos acostumbrados a que eso pase y siempre solemos malinterpretarlo, minusvalorarlo o incluso "dejar en visto" sentimientos al descubierto. Increíble pero cierto.
Qué bonito es que dos personas se abran una frente a otra, hasta el punto de sentirlo tanto como la persona que tienes delante.
Os reto a dejar un día entero de lado la frialdad de la rutina y las prisas. A hablar y escuchar con el corazón. A ser más que tú mismo y querer meterte en otra piel.
A querer, querer y sentir mucho.
Aunque sea por una lechuga, zanahoria o pimiento.