miércoles, 28 de diciembre de 2016

Tus vistas al mar.

Pegué un portazo en mi vida, y fui una por una a ver qué ventana se había abierto, como suelen decir. Pero no se abrió ninguna. Me frustré, me hundí, me decepcioné con la vida. Pensé que quizás no di el portazo lo suficientemente fuerte.
Hasta que entendí que no siempre van a abrirse más ventanas, y que hay que salir de esa casa en ruinas como sea, hacer como los cangrejos de mar (pero aún no lo sabía).
Sí que se abrió otra ventana, era otra casa.
Menudo ventanal.
Son todo vistas al mar; y mira que desistí de la playa. Son todos sonidos que inundan, y mira que me sequé por dentro. Son todo rayos de sol, de los que calientan por dentro; y mira que se heló todo. O casi todo.

Las vistas al mar, al grandioso mar azul (que a veces gris), trae esa paz y calma que cada vez más perdía. Que cada vez más arrítmica tenía el alma. Qué vistas, parecen concentrarse al rededor de un punto negro, esa ventana.

Los sonidos del mar. Enfurecido, en calma, sus olas... La mejor forma de dormir cada noche, y despertarse cada día, inmersa. Qué sonidos, parecen risas y palabras cálidas.

Los rayos de sol, que tan necesarios son para las personas. Ellos activan unas sustancias en la piel que necesitamos para nuestro estado de salud y ánimo, hacen que estemos más felices. Y calan hondo, ¿no ves que soy muy blanca de piel? Qué rayos de sol, parecen caricias en una piel de manos frías.

Fue entonces cuando acepté no derruir la casa, pero sí que tenía que salir de ella. Mira lo que me estaba perdiendo. Cómo voy a querer salir ahora de aquí, si solo con asomarme a esa ventana, lo tengo todo.
Las vistas quedan genial en una fotografía, en la imaginación, en tus miedos, en tus dudas... Pero no hay mejor cámara fotográfica que los propios ojos, y no hay mejor papel sobre el que impregnar la imagen que el alma. Ahí se queda todo.

No dejes ni una ventana por observar, todas tienen unas vistas increíbles si sabes asomarte, solo hay que saber no caerse y vivir al filo.

domingo, 25 de diciembre de 2016

Fechas señaladas.

Rebosante de sentimientos.
Cuando estás rebosante de contrastes todo echa humo.
Las fechas unen a la familia y normalmente por compromiso, pero a veces lo hace de forma diferente. Las circunstancias.
Este año tenemos dos faltas, una de corazón y otra de presencia. Y une, por desgracia de falta y por suerte de vivencia, une.
Ganamos en corazón.
¿Habéis leído "El mundo azul", de Albert Espinosa? Al final, cada trocito de ellos lo repartimos entre los que quedamos. Y nos hace crecer.
Todos saldremos adelante.
A veces la palabra "familia" no tiene tanto sentido para alguien hasta que hace "click", y conoces su significado. Aunque no estés, aunque una vez al mes.
Pero sientes.
Y de eso se trata la vida. De vivirla sintiendo, con el corazón en una mano y la cabeza en la otra. Sin olvidar lo primero.
Estas fechas me han sido y me son indiferentes desde hace mucho a día de hoy, lo que me importa, son los sentimientos.
Y este año,
vienen cargadas..

lunes, 19 de diciembre de 2016

El amor.

Quiero, luego existo.
Quiero de una forma inhumana, insana quizás. Quiero muy fuerte como para esta sociedad.
Puedo decir que quiero bonito. Y amo que me quieran bonito, inocente.
Quiero mucho a todas esas personas con corazón grande, con corazón bonito. Que quieren de verdad, sin intención.
Amo a las personas que mantienen mi vida, que me quieren como lo hacen. A las que han estado en mi vida, a las que están, a las que siguen y a las que estarán.
Estoy muy orgullosa de esas otras que me conocen tan a fondo que lloran, que me abrazan, que me sonríen y miran.
Y todo de vuelta.
No pienso dejar de abrazarlos, ya lo pueda decir el papa. No pienso dejar de verlos, de besarles, de quererlos.
Pero aunque se vayan, saben que tienen mi corazón, saben que no tengo ni que decirlo.
A veces me miro y veo rabia por no tener corazón para mi, y repartirlo tanto. Cuando vuelve a crecer otro matojo de él, lo regalo, una vez más.
Pero quizás lo que no sabe nadie es que viéndoles llenos, me llenan a mi también.
Quizás os quiero demasiado. Y nunca es demasiado.
Lo que sí os quiero es siempre conmigo.
Nunca, nunca olvidéis abrazar. Es la forma de intercambiarlo todo. Nunca dejaré de abrazarte, a ninguno de ustedes. Quizás sea lo que más me guste en este mundo.

No tengo más palabras para expresar el sentimiento que tengo hoy, pero no dudéis nunca, cada uno de ustedes, la forma particular y personal en la que os quiero a cada mundo mío.
Sed muy felices.

viernes, 16 de diciembre de 2016

Nuestra Estrella.

Yo sé que tú eras para ella. Y ella para ti.
Yo sé que tu vida era por y para ella, por y para su felicidad, por y para su sonrisa, por y para sus caprichos; por y para vuestro amor. Tu trabajo era para los dos, tu dinero, tu amor, tus viajes, tus mascotas, tu casa, tus disgustos y sorpresas y dichas; para los dos.
Yo sé que tu amor era incondicional, y sé que ese último "para siempre", ahora se va a cumplir.
Para ti siempre será "para siempre". Para ti ya lo ha sido.

No estamos enfadados, no podemos estar enfadados cuando con tu vida de gato ya gastaste las siete vidas, y la última la viviste a su lado, como dijo Antonio Flores. Solo estamos tristes, desolados por tu marcha injusta, dura, inesperada, no querida. Pero estaba para ti, tenía tu nombre, era tu hora; tenías que marcharte joven, feliz, dichoso, con tu vitalidad y una sonrisa inigualable.

Ahora te echamos de menos. Tu madre está rota de dolor, tu padre loco de desdicha, y ella... Ella no desiste a dejarte ir. No desiste a dejar de verte, a dejar de oír tus notas de voz, leerte, verte en vídeos, oler tu aroma en casa.
Cientos de personas, por tirar por lo bajo, están disgustados por tu marcha, y no es para menos.
Y que a pesar de ello, sepamos que cuidas a tu madre como un ángel de la guarda, a tu padre como un compañero invisible, y a tu corazón en vida, con un brillo increíble, te has colocado al otro lado de su hombro junto con su otro ángel.
Tú jamás habrías querido un sufrimiento tal por estas personas, incluso valga la redundancia, habrías dado tu vida por evitarlo. Pero esta vez es tu vida la que nos lo da, muy a tu pesar.
Serán fuertes por ti, seremos, sabemos que tu energía incansable nos inunda a todos y cada uno de nosotros y aunque nos hagas falta aquí, sabemos que allí harás todo lo posible por verla, por vernos sonreír.
Con esa sonrisa tuya que tenías tan particular.
Con esos ojos de gato y piel morena.
Con esos tatuajes que marcaban una unión.
Con esa predisposición a todo y todos.

Como me dijo tu madre aquel día, "ahora qué vamos (voy)a hacer sin mi cuñado favorito, el más bueno".

Un corazón así no desaparece, no se deshace, no se desvanece. Porque aunque también tuvieras tus defectos en mayor o menor medida, no hay nada que iguale ese tamaño.

Ahora solo espero que la cuides mucho desde allí donde estés, que no dejes que esté sola, que la ayudes a salir adelante. me duele casi más verla así como el que te hayas ido. Es joven, podrá con todo esto y más, pero no será fácil; ni rápido. Hemos tomado unas papillas especiales de pequeñas, lo llevamos en los genes.

Siempre, te queremos. A.

viernes, 9 de diciembre de 2016

La revolución que habitas.

La revolución que habita tu piel libra mil guerras.
Guerras con la risa, con las prisas, con el mar que miras y con el océano en el que me inundo en la oscuridad.
Te empujo, chocolate, coche amarillo, me vacilas y te vacilo, te odio, me abrazas.
Comienza la dulce introducción al caos.

• • • • • •
Te tumbas, me miras, y aparto la mirada. "Ven aquí". Me besas y ya no hay vuelta atrás.
Te ríes.
Primer movimiento: el sueño.
• • • • • •

Amaneces enganchada a mis costillas como si te fueras a caer a un precipicio.
"Bonita", y ya hecho tu nombre indefinido. Estoy aquí, abre los ojos.
Segundo movimiento: lo de fuera.

• • • • • •
Buenos días, dices después de abrir Pandora.
Abro tu mundo, y tus piernas; y mi mente.
Mis manos dispuestas a ametrallar todo lo que se mueva, y tú que no dejas de poner en mis narices tu movimiento.
Lames todo lo que tocas, y comienza el show.
"Más fuerte", dices, y no dejo que respires entre orgasmos indefinidos. Dentro de ti no se está nada mal. Mi espalda y sus marcas lo dicen por mi.
Chorreas adrenalina en cada gemido que sueltas. Es un vicio al que mi cuerpo se rinde, no puede contigo y tu respiración, y tus viajes.
Tercer movimiento: lo de dentro.
• • • • • •

Alto en el camino por estas manos que te agarran la cara cuando me besas, y por esos labios dignos de besar para curar lo que el tercer movimiento destrozó.
Acariciarte la espalda y besarte debe ser el movimiento que Extremo no describió. Que me la acaricies y la beses, el movimiento del que se olvidó.
Tu forma de entrecerrar los ojos cuando me miras de cerca, cuando guiñas un ojo o cuando dices tu frase. Más risas. Y no dejo de mirarte.

• • • • • •
Tus amigos dicen que no te han visto el pelo.
Te tumbas y pierdo la noción del tiempo. Y los aviones.
Y tus idas y venidas de cadera.
Cómo no arriesgarse a no volar, si el viaje ya me lo pego yo contigo.
No puedo parar de oírte gemir, de ver cómo te corres, de sentir tu cuerpo estremeciéndose bajo el mío.
"No sabes lo que has hecho", y te arriesgas. Y te quedas sin aliento.
Movimiento extra: lo que causas.
• • • • • •

Se fue, sin importarme el motivo voló. Ríete de los problemas, que todo tiene solución.
Me voy... Y aquí estoy.
Cuarto movimiento: la realidad.