Que la cuestión no es que me des mi espacio, ni escuchar lo que quiero oír.
Es que me rompas los esquemas,
pero a bien.
Que se inunde el mundo bajo mis pies.
No es cuestión de cautela, es cuestión de amor,
o era cuestión.
Tiemblo pensando en qué pasará, en qué será, en qué es y vendrá.
Buceando se ven los monstruos,
y hay que ser capaz de mirarlos a los ojos.
Que han venido, han venido barcos a intentar salvarme.
Y os juro que durante unas horas el mar ha estado en calma, con todas las alimañas bajo el agua pero en calma. Cómo necesitaba esa noche.
Y qué vértigo a la vez.
En el ojo del huracán nunca hay silencio.
Qué bien, que no perdáis la esencia, no al menos conmigo.
Que seáis mi yo.